jueves, 27 de agosto de 2009

Sueños

¿Es eso lo que he soñado yo? ¿Era un sueño o era un visión de algo cierto? No lo sé, quizás es una es una broma macabra de mi subconsciente. Sólo sé que esta noche he soñado un sueño.
En él yo me veía sentada en el bar más tranquilo de la ciudad. Yo sostenía una taza de té en una mano, que me ayudaba a digerir las palabras de Auster que sujetaba en la otra. Nada de esto es muy relevante, lo sé, pero son detalles que de alguna forma completan la historia.
En fin, la historia principal empieza cuando vi a un chico en la mesa del frente. Aún le doy vueltas y sigo sin encontrar la explicación de por qué me llamó la atención. Durante un momento lo observé detenidamente. No era precisamente guapo pero tenía una cicatriz a lo largo de la nariz. Esta le daba un aspecto más interesante. Además, me di cuenta que también leía algo de Auster. No pude observarlo durante más tiempo porque él alzó la vista y yo traté de disimular llamando al camarero. Creo que en ese momento fue él quien estuvo observándome. Supongo que no vería más que una chica más que disfrutaba de la tranquilidad del bar o tal vez encontrase algo más porque me pareció atisbar una sonrisa. Quizás fuese la casualidad de estar leyendo al mismo escritor o simplemente fue porque en el momento que levantó los ojos yo comencé a ruborizarme.
No recuerdo más detalles de la fantasía pero aún me acuerdo de cómo acabó: él siguió leyendo, yo terminé el segundo té que había pedido y salí de allí pensando que no volvería a verlo más. Sin embargo, no hay duda de que él salió al poco tiempo que yo ya que, a lo que parecía cinco minutos, él ya estaba a mi lado con un Hola y la sonrisa más cautivadora que había visto para regalarme.
Y sin más, el despertador sonó una mañana más. No sé si hubiese pasado algo si el reloj no sonase, ni sé si ese chico existe pero he de reconocer que vivo con esa esperanza, con la esperanza de encontrarme con esa sonrisa y ese Hola.

martes, 11 de agosto de 2009

Hoy alguien me ha contado su historia. No es una historia feliz, precisamente. Me contó cómo puede llegar a ser el amor. Yo he estado pensando sobre ello y lo he comparado un poco con la Escena IV del Acto Primero de Romeo y Julieta.

[…]
ESCENA IV
[Una calle]
(Entran Romeo, Mercucio y Benvolio, con otras cinco o seis Máscaras, portadores de antorchas, etc)

Romeo: ¿Qué? ¿Hay que decir ese discurso para excusarnos, o entramos sin dar explicaciones?
Benvolio: Se ha acabado el tiempo de semejantes fastidios: no tendremos a un Cupido vendado con un pañuelo, llevando un arco tártaro de madrea pintada, que asuste a las damas como un espantapájaros; ni haremos nuestra entrada con un prólogo de memoria, dicho débilmente siguiendo al apuntador: sino que nos midan por lo que quieran: nosotros les mediremos unos compases, y nos iremos.
Romeo: dadme una antorcha: no estoy para esos pataleos: como estoy sombrío, llevaré la luz.
Mercucio: No, querido Romeo: te tenemos que hacer bailar.
Romeo: Yo no; creedme: vosotros tenéis zapatos de baile bien ligeros: yo tengo el alma en los pies y me pega al suelo sin dejarme mover.
Mercucio: Eres un enamorado: pide prestadas las alas de Cupido y elévate con ellas por encima de lo común.
Romeo: Demasiado hondo me ha traspasado su dardo para que me eleve con sus plumas ligeras: y así amarrado, no puedo subir de nivel sobre el dolor de marras: me hundo bajo la pesada carga del amor.
Mercucio: Pero, para hundirte en él, tendrías que cargarte sobre el amor: demasiada opresión para tan tierna cosa.
Romeo: ¿Es tierna cosa el amor? Es demasiado duro, demasiado violento y pincha como los espinos.
Mercucuio: Si el amor es duro para ti, sé duro con el amor: pincha el amor por pinchar, y derribarás al amor. Dadme una funda para meter la cara: ¡una careta para una carota! ¿Qué me importa qué ojos curiosos observan las deformidades? Aquí está el ceñudo que se ruborizará por mí.

¿Quién es el que tiene la razón? Quizás la tiene Romeo diciendo que el amor es demasiado duro, demasiado violento. Pero, tal vez, la razón está en posesión de Mercurio y sus palabras son más acertadas que las del joven enamorado.
Sí, porque el amor no sólo daña a corazones que no sienten nada sino que también daña esos que parecen elevarse en su esencia al estar enamorados.
“El amor pincha como los espinos”. Pero, ¿sólo el amor pincha? ¿Sólo el amor es capaz de atravesar nuestros corazones tan profundamente como para dañarlos? Yo no pienso así, creo que muchas cosas en esta vida causa daños, pero pocas son capaces de hacer que este sea irrevocable. Sin embargo, el amor daña pero esas heridas cicatrizan y apenas dejan marcas. El amor es algo que la gente ve como algo cruel y despiadado pero porque sólo quieren ver eso. El amor es tierno y sensible de igual forma.
Alguien dijo una vez (no sé dónde lo escuché, ni quién) que lo mejor de las peleas es reconciliarse. ¿Por qué alguien piensa así? Porque él descubre que el amor, después de momentos amargos, te da los momentos más dulces que puede llegar a sentir alguien.
Volvamos a Romeo y Julieta: Romeo mientras está enamorado de Rosalina es puro pesimismo, piensa que las horas pasan lentas y amargas pero, sin embargo, cuando conoce a Julieta todo es diferente, desearía para el tiempo, que la Luna no se dejara reemplazar por el Sol, que esas horas tan dulces no acaben.
Entonces yo me pregunto: ¿Qué es el amor? ¿Cómo es? ¿Sabe a amarga hiel o sabe a la más dulce de las alegrías?
Ahora sí, volviendo a la idea que tiene esa persona del principio sobre el amor, ella piensa como Romeo cuando su amor va dirigido a Rosalina: que el amor es duro y violento y que sólo nos hace sufrir. Pero lo que yo pienso es que, habrá un momento en que esta persona se enamore de Julieta y le parezca que el amor es maravillo.
Una vez un hombre iba por la calle hablando por teléfono y le escuché cantar esa canción que dice “All you need is love”. Ese hombre piensa que el amor es genial y, sin embarho, hay otras que piensan que es odioso, que es algo que no merece la pena. Por lo que me lleva a pensar que si el amor es lo contrario del odio y el odio es lo que hace que haya tantas peleas y guerras, si todo el mundo pensara que el amor es una mierda, todo el mundo odiaría sin más y las guerras, peleas, asesinatos, todo lo malo se desenfrenaría y el mundo sería un casi de muerte y odio.
Teniendo en cuenta esto, el amor es el salvamento de la humanidad y la coexistencia entre personas.

Conclusiones:
1) El amor hace daño, tanto que la gente piensa que no será capaz de superarlo.
2) Sin amor, el mundo sería un caos de odio y muerte.
3) El amor es incomprensible pues es violento, cruel, dulce y sensible a la misma vez. El amor es la mezcla de todas las definiciones y de todas las sensaciones.