sábado, 25 de septiembre de 2010

La Necesidad De Tener A Alguien

Te necesito.


El tiempo a tu lado vuela como lo hacen las mariposas en mi estómago cuando me besas. Sin embargo, llevo una semana lejos de tus abrazos y de tus labios, de tu voz y de tus caricias, de tu mirada y tus manos, de tu mirada.

Una semana llena de sufrimiento, de nostalgia y tristeza, de tiempo que vuela sin sentido, de horas que se mueven ante mí como las bailarinas del Moulin Rouge pero mi indiferencia hacen que se esfumen como el humo de los trenes que pasan mientras sigo en el andén esperando al que me lleve hasta a ti.

Espero atrapada en la rutina del estudiante, paseando como un fantasma en el campus, corriendo para no llegar tarde a clase, sumergiéndome entre libros para buscar un pasatiempo que no sea tu ausencia o quizás debería decir… mi ausencia.

Estoy ausente en la cual de verdad es mi vida, junto a ti, junto a mi familia, al lado de los que me quieren. Dicen que esto es un tipo de vida nueva, una vida por la que debería pasar todo el mundo, sin embargo, yo opino que el verdadero modo de vivir es aquel en el que eres feliz, en el que te sientes bien contigo mismo, que te sientes realizado, que sientes que te aman… y que amas.

Un sitio puede cambiar mucho en un solo instante. En el efímero momento en el que le dices a alguien que le amas, que quisieras pasar el resto de tu vida con esa persona, tu mundo cambia y da un giro desbaratando todos tus planes. Tirando por tierra tus criterios, tus prioridades en la vida.

Está claro que en ese momento puedes llegar a pensar dos cosas: que esa persona te hace mal y debes dejarla y seguir con tu vida o que, aunque toda tu vida cambie en ese segundo, tu vida será mejor si estás con esa persona, que juntos serán capaces de conseguir cualquier cosa, sobrepasar cada obstáculo.

Personalmente, soy de las que opinan que es mejor dejarse llevar por lo sentimientos, hacer caso al corazón y luchar por conseguir a esa persona que amas, o que, simplemente, hagas todo lo que haga falta, soportes todo lo que se ponga por delante para seguir con esa persona. ¿Por qué pienso así? Porque yo sé lo que es amar y ser correspondido, porque sé lo que se siente cuando la persona a la que amas te dice ‘te quiero’, porque he experimentado ese fuego que te recorre por dentro cuando te besa, cuando te acaricia, cuando te habla, cuando simplemente te hace saber lo que siente con una simple mirada.

Sí, creo que por fin puedo decir que sé lo que es amar, lo que es que te correspondan.

Sin duda, la peor muerte no es cuando tu alma asciende y deja de formar parte de este mundo, sino cuando esa persona deja de amarte y toda tu alma muere con ese sentimiento no correspondido, cuando tu cuerpo es una carcasa vacía, una vaga imitación de la persona que antes eras. Por eso, si algún día llega una persona así a tu vida, haz lo imposible para que el fuego no se apague y la llama siga encendida por siempre.

sábado, 18 de septiembre de 2010

... camino ...

Camino y aún siento cómo tus brazos me rodean. Avanzo y aún siento cómo tus lágrimas mojan mi camisa. Ando y aún noto tus labios sobre los míos. Vago y aún noto tu respiración, aún escucho tu voz.


‘Te echaré de menos’. Palabras que me acosan mientras transito por el túnel que me lleva hasta otra isla, otra ciudad. Deambulo mientras tu imagen me persigue.

Marcho a un sitio nuevo pero vacío porque tú no estás. Me acerco a tu ausencia, al vivir sin ti, a existir sin tu presencia, a morir.

Sin embargo, miro hacia atrás y veo que el camino está abierto, que en este juego está permitido volver a donde empecé, donde comencé a respirar, a vivir. Resurge la esperanza y mis pasos se hacen más firmes, más activos, más enérgicos. Tu imagen ya no se me presenta como un espectro, como un fantasma del pasado, ya no representa mi muerte, sino que simboliza la luz.

Doy un paso y se amontonan en mí los momentos que he vivido a tu lado. Con otro consigo ver tus ojos. Doy otro paso y veo tu sonrisa, mientras entro en el avión pensando, soñando, elaborando un futuro contigo.